VOSALTRES TENIU EL RELLOTGE, NOSALTRES TENIM EL TEMPS (vosotros tenéis el reloj, nosotros el tiempo)
Se dice que los occidentales contamos el tiempo, lo medimos, lo compramos, lo vendemos, lo planificamos y lo organizamos; para nosotros es un bien objetivo, independiente del ser humano, que utilizamos para hacer cosas, pero casi siempre nos falta. En cambio, en África el tiempo es vivido, se tiene, se hace; es un bien subjetivo e inherente al ser humano, que se habita y casi nunca falta. El hecho de nacer en un lugar específico del mundo marca de manera inevitable nuestra noción del tiempo, y aunque nada es inamovible, apenas logramos desprendernos de esta primera noción adquirida. El tiempo se puede vivir de muchas maneras, incluso se puede ser esclavo de él; pero lo que no se puede hacer es negarlo, y esto es válido en cualquier rincón del mundo. Es el poder que nos da la danza, sea cual sea su origen, género o condición, para vivir el tiempo en un presente absoluto.